Mañana me voy.
Mañana vuelo hasta mi sueño.
Mañana le diré « hasta mañana » … otra vez.
Mañana los tambores que sacuden mi corazón, harán temblar mis lagrimas secas.
Mañana me voy.
Mañana me voy. Ida simple, sin huir, sin prisa.
Me voy por mi, por él
Me voy para volver a verlo, de nuevo . Me voy para que su guitarra le de ritmo a mis palabras sueltas ; para crear un nuevo mundo entre dos chelas, dos clases de botánica, dos poemas. Me voy por su sonrisa que se vuelve eterna cuando mi acento canta su nombre. Me voy para sentir en mis hombros caer un cielo demasiado bajo ; para volver a casa ; para escucharlo declamar su amor a Cortázar, a Borges y a la vida. Me voy para gritarle a la religión y a los gobiernos que no tienen derecho meterse a las entrañas de una mujer. Me voy para escuchar el canto de mi rallador entre sus dedos de músico. Me voy por la cumbia ; por una promesa ; por mi sueño.
Mañana me voy pero no me quedo.
Ida simple, sin huir, sin prisa.
Me voy porque lo extraño, porque me extraña. Me voy para volver a verlo a él, él, él y ellos. Me voy para navegar en mis recuerdos de un Chile pasado ; para sentir en mis mejillas la suave violencia del viento sureño ; para dejar mis pies perderse en las calles que recorrí mil y una veces. Me voy ahora y para siempre ; por ahora y hasta siempre. Me voy para seguir el camino de las revoluciones utópicas. Voy y vuelo, me voy pero no me quedo.
Me voy por un sueño
Ayer, enfrentando al viento francés parpadeé. Parpadeé y vi el azul de los glaciares. Parpadeé y soñé, soñé con el fin del mundo, con el Antártica. Soñé con un sueño helado y salvaje …
Ayer le dejé a este sueño la libertad de vagabundear en mi memoria. Cuando me desperté, mi sueño se había vuelto realidad. En mi memoria enamorada, mi sueño se había convertido en locura, en sueño loco : mañana me voy, me voy a pesar del miedo que me reventa los nervios cuando me subo a un avión, me voy a pesar de mi huella de carbono, me voy más pobre que la chucha, me voy para la América. ¡ NO ! ¡ Mejor me voy para LAS Américas !
Mañana me voy para aterrizar a Santiago de Chile. Me voy para ir a conocerlo a Viña del Mar ; para bailar con él a Talca ; para volver a verlo a él, él, él y ellos a Puerto Montt ; para mochilear hasta Puerto Williams. Me voy para intentar abrazar al Antártica ; para cruzar la frontera ; para esperar que alguien(es) me lleve hasta Alaska.
Mañana me voy.
Me voy para seguir el viaje
Mañana intentaré recorrer las Américas desde Chile hasta Alaska desviando por Antártica, mochileando, con un presupuesto que ni me permite pagar el arancel de un año universitario en Chile, me voy con mis miedos y mis dudas, con mi sonrisa y mis sueños, con mis ganas de conocer a la Pachamama, con la voluntad de caminar por acá y allá, con mi necia curiosidad, con una carpa y mi vida material en los hombros.
Mañana intentaré cruzar las Américas sin itinerario ni imperativos.
Mañana me voy sin fecha de retorno, sin lugar de regreso.
Mañana realizaré un sueño, MI sueño.
Mañana no me voy para mostrarle al mundo lo que soy capaz realizar, no. Me voy para mi, por mi, conmigo.
Mañana me voy para pintar recuerdos, para anclar sonrisas. Me voy sin saber si lograré alcanzar mi objetivo geográfico. Me voy con los abrazos abiertos a los imprevistos, con el corazón abierto a los (re)encuentros, con los ojos abiertos a las sorpresas.
Mañana me voy porque a los 28 años no sueño con una vocecita que me llame « Mamá », no sueño con endeudarme para comprar un televisor, no sueño con una pega estable que me haga renunciar a mis ideales. Me voy porque a los casi 30 años lo único que quiero es seguir siendo feliz.
Mañana me voy porque hoy, tal como ayer, sueño de sueños viajeros …
que hermoso encontrarse con algo así en medio de una noche como esta donde los sueños no llaman a la espalda ni a los parpados, sino al corazón y los pies. Alegría de que volverás, tan simple es la alegría que puede ser olvidadiza, pero siempre encuentra el camino de regreso, quizás por eso es tan fácil llamarte hoy alegría, como otro bello accidente.